Cuando cultivas marihuana es difícil no sentir ansiedad al tener que esperar para cosechar el cogollo idóneo y es que este es uno de los momentos más satisfactorios de la actividad.
Sin embargo, muchas veces esta impaciencia puede llevar a cosechar tu planta en el momento menos óptimo de manera que obtienes un producto que no aporta los efectos, ni el olor o sabor esperados y todo el trabajo de semanas o meses acaba siendo desperdiciado.
Para evitar este error, hay una serie de trucos y señales que puedes seguir para cosechar de manera correcta tu planta, pero para explicarla con más amplitud daremos un pequeño repaso a la cronología del crecimiento.
La planta de marihuana pasa por distintos procesos en los que la concentración del THC (tetrahidrocannabinol) está en constante cambio. Estos procesos los podemos clasificar en 4 fases:
1º Fase o floración
La planta comienza a desarrollar su tallo alargándose con bastante rapidez mientras que también genera ramas con unas pocas flores en sus puntas que a su vez tienen una pelusilla blanca. En este momento las flores comienzan a desarrollar los tricomas que por ahora solo son unos puntos diminutos. En esta fase la concentración del THC es mínima.
2º Fase o florecimiento
En esta fase la planta comienza a crear los ansiados cogollos y la producción de flores aumenta. Los tricomas comienzan a identificarse con su forma característica que es una especie de bastoncillo que acaba en una bola perfecta, siento totalmente translúcido y con un aspecto acuoso. Todo esto comienza a generar mínimamente el olor identificativo de la planta aunque la concentración de THC sigue siendo pobre.
3º Fase o engorde
la planta deja de invertir nutrientes en su crecimiento para usarlos en el desarrollo de muchas más flores que engordan considerablemente los cogollos. Las flores externas al mismo se ponen amarillentas y tienden a marchitarse, mientras que las que quedan vivas son, en su mayoría, fértiles y al no ser polinizadas por un macho son protegidas por la propia planta que les suministra más resina de lo normal para evitar que se esterilicen antes de que llegue un macho. Esta resina es la que carga a la planta de un olor intenso aunque el THC sigue siendo sin ser óptimo.
4º Fase o declive
La planta ya no fabrica nuevas flores y comienza a decaer su vitalidad, las hojas comienzan a caer y lo que queda se empieza a vestir con tonos otoñales. La resina comienza a desarrollar un tono ámbar, de la misma manera que los tricomas que también comienzan a presentar deformaciones en su “cabeza”. Una distribución más o menos equilibrada entre tricomas y resina de los tonos ámbar es clara señal de que es el momento de cosechar, sin embargo cuando el tricoma se ha roto o la resina se ha vuelto blanca o marrón, el tiempo idóneo de cosecha pasó y los cogollos están perdiendo calidad.
Señales para cortar la marihuana
Aunque cada clase de marihuana tendrá su propio periodo de maduración o características físicas, podemos encontrar en ellas unos patrones comunes que nos permitirán acertar el momento exacto para la cosecha.
La primera señal a tomar en cuenta para realizar una cosecha en el momento adecuado es mirar las recomendaciones del banco de semillas. El proveedor de semillas te indicará un periodo de maduración aproximado, y si bien es una dato de suma importancia, no deja de ser una media especulativa ya que la maduración de tu planta realmente estará determinada por las condiciones en las que la mantengas (ya sea de interior o exterior) y el cuidado y alimentación que le des, por lo que este dato solo debe ser tomado en cuenta como una aproximación para estar atentos a la planta y las señales realmente definitorias.
La siguiente señal a tomar en cuenta es que los pistillos o la pelusilla blanca que había en las flores y otros sitios se han vuelto de un color marrón y que las hojas más grandes y las flores exteriores al cogollo comienzan a marchitarse y caer.
Este suele ocurrir a lo largo de la “3º Fase o engorde” y al comienzo de la “4º Fase o declive” antes mencionadas y no es una señal de debas realizar el corte inmediatamente.
Esta alteración de su color generalmente es un indicio de que la planta está alcanzando su madurez pero también puede verse ocasionada por otros factores ambientales (clima, iluminación) o de cuidado de la planta (riego, alimentación, etc.).
Se debe tomar como señal de que hay que prestar atención a los tricomas y no aventurarse a cortar ya que obtendrás un producto con una calidad muy por debajo de la que realmente puede llegar a darte.
Un tricoma, explicado más ampliamente, es una extensión orgánica propia de las plantas en las que se concentran algunos elementos característicos de su estirpe.
En este caso, el tricoma es la glándula que forma la resina del cannabis y en él se concentrarán elementos como el CBD o el CBN, pero sobre todo, nuestro amado THC. El tricoma comienza siendo un punto minúsculo que se va desarrollando poco a poco hasta alcanzar su forma de “seta” identificativa.
Comienza, como hemos dicho anteriormente, siendo de aspecto acuoso y de tono translúcido pero va tomando paulatinamente un color blanquecino y su “cabeza” comienza a perder su perfecta redondez lo cual indica que la concentración de THC es grande y que no puede albergar más de ella en él por lo que se encuentra a punto de romperse, sin embargo, este elemento necesita también madurar.
Es en este momento donde entra el gusto del cultivador en juego, ya que el efecto que obtengamos del cogollo en su consumo dependerá del estado de los tricomas (obviando que también depende del tipo de marihuana), ya que según haya una concentración superior o menor de tricomas blancos o de color ámbar (cuando comienza a oxidarse) se favorecerá el efecto euforizante o relajante del producto.
Si no se busca acentuar ninguno de los dos efectos, es recomendable realizar la cosecha cuando haya una clara predominancia de los tricomas en tonos lechosos y una cantidad menor de tricomas translúcidos y ámbar, en una proporción aproximada al 60, 30 y 10% respectivamente, aunque lo ideal es que experimentes en distintas proporciones para ir identificando los diferentes efectos, sabores y olores obtenidos e ir ganando experiencia.
Si observas que hay una supremacía clara de tricomas rotos o en color ámbar, podrás identificar que la fecha de corte se te ha pasadoy la planta no te dará ninguno de los ansiados frutos óptimos que habría podido darte de haberla cortado antes, cuando le correspondía. Para la correcta identificación del estado de los tricomas hará falta un microscopio o una lupa, preferentemente, capaz de alcanzar una aumento que oscile entre los 60 o 100 aumentos.
Trucos para la cosecha
Es importante que la temperatura y humedad presente tanto en la planta como en el ambiente en el momento del corte sean lo menor posible para conseguir cogollos bien compactos, por lo que lo ideal es cosecharlos a primera hora de la mañana cuando las temperaturas son más frescas.
También es recomendable dejar de regar la planta en los días previos a su corte, favoreciendo el secado posterior.
De la misma manera, lo que buscamos primordialmente es la presencia de resina para conseguir el mayor sabor y efecto posible en su consumo y está comprobado que cuando la planta se somete a condiciones lumínicas mínimas, su producción de este elemento se ve considerablemente elevado, por lo que recomendamos dejar tu planta completamente a oscuras unas 24 horas previamente a la cosecha.