Cómo hacer mantequilla de marihuana en casa: receta fácil y efectiva
La mantequilla de marihuana es uno de los ingredientes más versátiles en la cocina cannábica. Se trata de una mantequilla infusionada con cannabis que permite aprovechar sus efectos psicoactivos o terapéuticos sin necesidad de fumar. Es ideal para preparar brownies, galletas, salsas o incluso untar directamente en una tostada. En este artículo, te enseñamos cómo hacerla paso a paso de forma segura, potente y deliciosa.
¿Qué es la mantequilla de marihuana?
La mantequilla de marihuana es una mezcla entre mantequilla convencional y flores o restos de cannabis previamente descarboxilados. Durante su cocción lenta, los compuestos activos del cannabis, como el THC y el CBD, se disuelven en la grasa de la mantequilla. Esto convierte a este ingrediente en una excelente base para recetas cannábicas tanto recreativas como medicinales.
¿Por qué usar mantequilla cannábica?
Ingerir cannabis a través de alimentos ofrece una experiencia diferente a fumar o vaporizar:
Efectos más duraderos (hasta 8 horas o más).
Menor impacto sobre el sistema respiratorio.
Mayor aprovechamiento de los cannabinoides.
Posibilidad de dosificar de manera más controlada.
En el ámbito medicinal, puede ayudar a aliviar el dolor crónico, la ansiedad, el insomnio o la falta de apetito. Y en el uso recreativo, aporta una experiencia más corporal, intensa y prolongada.
El paso clave: la descarboxilación
Antes de cocinar cualquier receta con marihuana, es esencial descarboxilar la planta. Este proceso convierte los cannabinoides ácidos (THCA, CBDA) en sus formas activas (THC, CBD).
Cómo descarboxilar:
Tritura la marihuana.
Colócala en una bandeja de horno con papel de aluminio.
Hornea a 115 °C durante 30-40 minutos, removiendo a mitad de tiempo.
Este paso maximiza la potencia de tu mantequilla de marihuana.
Ingredientes para mantequilla de marihuana
250 g de mantequilla con alto contenido graso
5 g de cogollos (o 10-15 g de hojas con resina)
½ vaso de agua (aproximadamente 50 ml)
Utensilios necesarios
Cazuela grande
Colador fino o gasa
Batidora o grinder
Recipiente de vidrio o táper
Cuchara de madera
Paso a paso: cómo hacer mantequilla de marihuana
1. Preparar la marihuana
Tritura los cogollos o restos de cannabis. Luego, hierve durante 20 minutos en agua a fuego muy suave. Esto elimina la clorofila y otras impurezas.
2. Derretir la mantequilla
En otra olla, derrite la mantequilla con el ½ vaso de agua, siempre a fuego bajo, evitando que hierva.
3. Mezclar la marihuana
Agrega el cannabis limpio a la mantequilla derretida. Cocina la mezcla a fuego mínimo durante 30 a 40 minutos, removiendo constantemente. Verás que la mantequilla toma un color verde intenso.
4. Colar y enfriar
Filtra la mezcla con un colador o una gasa, para eliminar los restos vegetales. Vierte el líquido en un recipiente y deja reposar 2 horas a temperatura ambiente.
5. Reposo final
Guarda el recipiente en la nevera durante 24 horas. La mantequilla se separará del agua formando una capa sólida que puedes retirar fácilmente.
Conservación de la mantequilla cannábica
Guarda la mantequilla en un recipiente hermético en el frigorífico por hasta 2 semanas. Si deseas conservarla por más tiempo, congélala en porciones pequeñas para usar solo lo necesario.
Efectos y precauciones
Al ingerir cannabis, los efectos pueden tardar hasta 2 horas en aparecer, pero serán mucho más intensos y duraderos que al fumar. Es recomendable comenzar con dosis pequeñas, especialmente si eres principiante.
Los efectos pueden incluir:
Relajación profunda
Euforia
Sueño prolongado
Aumento del apetito
Evita manejar vehículos o realizar tareas que requieran atención después de consumirla.
Consejos extra para mejorar tu mantequilla de marihuana
Puedes aromatizar la mantequilla con vainilla, canela o piel de naranja.
Añadir terpenos al final potencia el sabor y los efectos.
Para mantequilla dulce, mezcla con cacao, miel o azúcar.
Para mantequilla salada, añade ajo, orégano o especias picantes.
Mantequilla de marihuana: beneficios frente a otras formas de consumo
Muchas personas están migrando de fumar cannabis a consumirlo en forma de alimentos, siendo la mantequilla de marihuana uno de los métodos más populares. Esto se debe a que cocinar con cannabis reduce los riesgos respiratorios y permite una experiencia más controlada y placentera. Además, el THC ingerido se metaboliza en el hígado y se convierte en un compuesto llamado 11-hidroxi-THC, que tiene un efecto más fuerte y prolongado.
Consumir comestibles permite dosificar de forma más precisa. Y aunque el inicio del efecto es más lento, también lo es su descenso, lo que lo hace ideal para tratamientos largos, como el manejo del dolor o la ansiedad.
Cómo usar la mantequilla de marihuana en tus recetas
Una vez que tienes lista tu mantequilla cannábica, las posibilidades culinarias son infinitas:
Brownies y galletas: los clásicos de la cocina cannábica.
Salsas y cremas: desde una bechamel hasta una salsa para pasta.
Untable para tostadas: con un toque de miel o canela.
En repostería: muffins, bizcochos, glaseados.
En comidas saladas: arroz, risottos, guisos, etc.
Recuerda siempre mezclar bien para que la dosificación sea uniforme, y nunca cocinar a temperaturas demasiado altas, ya que eso puede degradar los cannabinoides.
¿Se puede hacer mantequilla de marihuana con restos?
Sí. De hecho, los restos de manicura con resina (hojas pequeñas recortadas durante la poda de los cogollos) son una opción muy eficaz para hacer mantequilla. Aunque tienen menos concentración de THC que los cogollos, permiten aprovechar al máximo la planta sin desperdiciar nada.
Para este tipo de recetas, solo asegúrate de descarboxilar bien los restos y utilizar una proporción adecuada. Incluso se pueden mezclar restos con cogollos para aumentar la potencia sin gastar tus mejores flores.
¿Mantequilla de marihuana con CBD? Una opción sin efectos psicoactivos
Si buscas los beneficios terapéuticos del cannabis sin el efecto psicoactivo del THC, puedes preparar mantequilla con flores de CBD. Esta versión se usa comúnmente para:
Reducir la ansiedad
Mejorar la calidad del sueño
Aliviar dolores sin alterar el estado mental
Eso sí, es fundamental utilizar variedades legales de CBD y seguir el mismo proceso de descarboxilación para activar los cannabinoides. La mantequilla de CBD puede ser una opción ideal para personas mayores o quienes buscan un enfoque terapéutico sin “colocarse”.
¿Es la mantequilla de cannabis más potente que fumarla?
Sí, la mantequilla de marihuana puede ser considerablemente más potente que fumar cannabis. Esto se debe a la forma en la que el cuerpo metaboliza el THC cuando se ingiere en lugar de inhalarlo. Cuando fumas marihuana, el THC entra rápidamente en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y se distribuye al cerebro, lo que provoca un efecto casi inmediato pero más breve, que suele durar entre 1 y 2 horas.
Sin embargo, al consumir THC a través de comestibles como la mantequilla cannábica, este pasa por el sistema digestivo y luego al hígado, donde se transforma en 11-hidroxi-THC, un metabolito mucho más potente y con efectos más duraderos. Este compuesto atraviesa la barrera hematoencefálica de forma más eficiente, lo que intensifica y prolonga el «colocón».
Por esta razón, se recomienda empezar con dosis pequeñas, especialmente si es tu primera vez con comestibles. Los efectos pueden tardar entre 30 minutos y 2 horas en aparecer, pero pueden durar entre 6 y 8 horas, e incluso más dependiendo de la cantidad ingerida, la tolerancia individual y si se ha comido algo previamente.
En resumen, si buscas un efecto más largo, profundo y corporal, la mantequilla de cannabis es una excelente opción. Pero siempre con responsabilidad y sin prisas, ya que su potencia puede sorprender incluso a usuarios experimentados.
¿Para qué sirve la crema de marihuana?
La crema de marihuana, también conocida como crema cannábica o pomada de cannabis, es un producto de uso tópico que se elabora con extractos de la planta de cannabis, especialmente con cannabinoides como el CBD (cannabidiol) y, en menor medida, el THC. A diferencia de los comestibles o productos para fumar, la crema de marihuana no produce efectos psicoactivos, ya que no atraviesa la barrera hematoencefálica. Su uso es completamente local y terapéutico.
Esta crema se utiliza sobre todo por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y calmantes, y es ideal para tratar dolencias físicas, como:
Dolores musculares o articulares
Artritis y artrosis
Tendinitis y lesiones deportivas
Dolores menstruales (aplicada en la zona abdominal)
Irritación o inflamación cutánea
Psoriasis o eccemas leves
El CBD es el principal responsable de estos efectos beneficiosos, ya que interactúa con los receptores del sistema endocannabinoide de la piel. Aunque algunos productos pueden contener trazas de THC, en general no es suficiente como para generar ningún tipo de efecto “colocón”.
Además, muchas cremas de marihuana incluyen otros ingredientes naturales como árnica, romero, mentol o aloe vera, que potencian aún más sus efectos calmantes y regenerativos.
En definitiva, la crema de marihuana es una herramienta terapéutica natural que cada vez gana más popularidad entre quienes buscan alivio localizado sin necesidad de consumir cannabis de forma interna. Es ideal para personas mayores, deportistas o quienes sufren de dolencias crónicas que afectan músculos y articulaciones.
¿Cómo se llama el aceite de la marihuana que se fuma?
El aceite de marihuana que se fuma se conoce comúnmente como aceite de cannabis, aunque en el ámbito cannábico tiene varios nombres según su tipo, pureza y método de extracción. Algunos de los más conocidos son:
Hash oil (aceite de hachís)
BHO (Butane Hash Oil)
Rosin (rosin tech)
Rick Simpson Oil (RSO, aunque este es más medicinal que recreativo)
El más utilizado para fumar o vaporizar es el BHO, un extracto concentrado de cannabis que se obtiene utilizando gas butano como disolvente. Este aceite tiene una alta concentración de THC, llegando incluso a superar el 70-80%, lo que lo hace extremadamente potente. Se presenta en diferentes texturas como “shatter” (cristalino), “wax” (ceroso) o “budder” (mantecoso).
Otra alternativa muy popular es el rosin, un extracto que se obtiene a partir de aplicar presión y calor a los cogollos o al hachís. Lo interesante del rosin es que no usa disolventes químicos, por lo que es considerado un concentrado más natural y seguro.
Estos aceites se consumen principalmente mediante:
Dabbing: vaporización en un rig mediante altas temperaturas.
Vape pens: cartuchos precargados que permiten consumir aceite de cannabis de forma portátil.
Blunts o porros: algunas personas impregnan sus cigarros con aceite para aumentar la potencia.
Es importante tener en cuenta que estos aceites no son lo mismo que el aceite de CBD o el aceite de cannabis medicinal, que suelen usarse por vía sublingual o tópica y no están destinados a ser fumados. Siempre hay que asegurarse de que el producto sea apto para inhalación antes de usarlo de esta forma.
¿Comer mantequilla de cannabis te coloca?
Sí, comer mantequilla de marihuana te puede colocar, y de hecho, puede provocar un efecto más intenso y duradero que fumar cannabis. Esto ocurre porque al ingerir THC a través de alimentos, el proceso de metabolización es diferente: el THC pasa por el sistema digestivo, llega al hígado y se transforma en 11-hidroxi-THC, un metabolito mucho más potente que el THC inhalado.
El efecto de los comestibles con cannabis, como la mantequilla cannábica, puede tardar entre 30 minutos y 2 horas en aparecer, pero su duración puede extenderse hasta 8 horas o más, dependiendo de varios factores como la dosis, el metabolismo de cada persona, si se ha comido antes o no, y la tolerancia individual.
Por eso, se recomienda mucha precaución con la cantidad. Es habitual que los principiantes piensen que “no les ha hecho efecto” al cabo de 30 minutos y consuman más, lo cual puede llevar a un colocón excesivo, también conocido como “pálida” o “blancazo”.
Síntomas de un exceso pueden incluir:
Mareos
Náuseas
Ansiedad o paranoia
Sensación de desorientación
Para evitarlo, lo ideal es empezar con dosis pequeñas (por ejemplo, un cuarto de porción de brownie o una cucharadita de mantequilla), y esperar al menos dos horas antes de aumentar.
En resumen, sí, comer mantequilla de marihuana te puede colocar, y muchas veces más que fumarla. Pero con una correcta dosificación, puede ser una forma segura, efectiva y muy disfrutable de experimentar los efectos del cannabis.
Mantequilla de marihuana rápida
Si buscas preparar mantequilla de marihuana rápida, la clave está en simplificar pasos sin perder tanto la potencia. Lo primero es usar cannabis descaboxilado previamente: este proceso de activación con calor es imprescindible para que los cannabinoides como el THC o CBD estén en su forma activa. Tritura bien el cannabis, descarboxílalo (horno económico: unos 105‑120 °C durante 30‑40 minutos), y luego derrite la mantequilla con un poco de agua a fuego muy bajo. Añade el cannabis, mezcla lentamente durante unos 20‑30 minutos removiendo con frecuencia para evitar que se queme la mantequilla. Filtra con colador fino o gasa, deja reposar y enfría. No usar agua podría acelerar un poco el proceso, pero el agua ayuda a evitar que la mantequilla se sobrecaliente o se queme. La mantequilla rápida funciona bien para pruebas, pequeños lotes o cuando quieres algo usable pronto, pero puede que tenga menos sabor limpio y menor eficiencia que métodos más largos (al baño maría, reposo de varias horas). La ventaja es que puedes tener mantequilla lista en una hora o menos, útil si quieres experimentar. Eso sí: siempre comienza con dosis pequeña, porque aunque sea rápida, la mantequilla seguirá siendo potente.
Mantequilla de marihuana efectos
Los efectos de la mantequilla de marihuana (o cualquier comestible) suelen ser más fuertes y duraderos que fumar cannabis. Cuando ingieres THC a través de alimentos, este pasa por el sistema digestivo y el hígado, donde se transforma en una molécula llamada 11‑hidroxi‑THC, que es más potente que el THC que entra directamente al fumar. Los efectos pueden tardar entre 30 minutos y 2 horas para comenzar, y alcanzar su punto máximo alrededor de las 2‑4 horas después del consumo. Una vez en su punto máximo, los efectos pueden durar entre 6 a 8 horas o más, dependiendo de dosis, metabolismo, tolerancia y si has comido antes. Esto quiere decir relajación prolongada, alteraciones en la percepción del tiempo, apetito aumentado, efectos sedantes, euforia, posiblemente somnolencia. También pueden incluir efectos secundarios si la dosis ha sido alta: mareos, ansiedad, paranoia, etc. Es esencial empezar con dosis bajas y en un ambiente seguro.
Mantequilla de marihuana sin agua
Hacer mantequilla de marihuana sin agua es posible, pero tiene sus riesgos y diferencias. El agua se usa comúnmente para regular la temperatura, evitar que la mantequilla se queme, y ayudar a eliminar impurezas (clorofila, residuos vegetales). Si lo haces sin agua, tendrás que controlar muy bien el fuego: mantenerlo lo más bajo posible para que la mantequilla no se oscurezca ni se queme. Sin agua, la mantequilla puede tener un sabor más verde o vegetal, y podría quedar con restos vegetales si no filtras bien. Por otro lado, eliminar el agua simplifica el proceso, reduce los pasos de reposo, y puede dar una textura más pura, concentrada. Es buena opción si tienes experiencia y dispones de utensilios adecuados (colador fino, gasa, baño maría). Pero recuerda: el control de temperatura es esencial para que la mantequilla mantenga su potencia y sabor.
Mantequilla cannábica sin descarboxilar
La mantequilla sin descarboxilar no producirá los efectos psicoactivos esperados, ya que los compuestos como el THCA no se transforman en THC activo sin calor. La descarboxilación es el proceso de aplicar calor controlado para remover el grupos carboxilo de los cannabinoides ácidos (THCA, CBDA), convirtiéndolos en su forma activa (THC, CBD). Si omites este paso, la mantequilla puede tener beneficios menores, sobre todo si se usa para propiedades no psicoactivas, pero no “colocará” en la mayoría de los casos. Algunas personas usan mantequilla sin descarboxilar con fines más bien médicos o para obtener algo de sabor/herbolaria, pero si buscas el efecto fuerte o recreativo, descarboxilar es imprescindible. Además, la descarboxilación contribuye al sabor porque reduce sabores verdes o desagradables. En resumen: se puede hacer mantequilla cannábica sin descarboxilar, pero sus efectos serán muy débiles o nulos respecto al THC; solo tiene sentido si tienes un objetivo concreto (p.ej. sabor, uso con CBD, propiedades anti‑inflamatorias ligeras).
Mantequilla de marihuana Thermomix
Preparar mantequilla de marihuana con Thermomix — o similar robot de cocina — puede facilitar mucho el proceso, especialmente en los pasos de mezcla y control de temperatura. Con Thermomix puedes triturar el cannabis (o hacer que quede muy fino), y luego mezclar la mantequilla derretida con el cannabis a temperatura baja constante, lo cual ayuda a evitar quemar los cannabinoides. En Thermomix puedes programar para mantener temperatura exacta durante cierto tiempo (por ejemplo, 70‑80 °C), remover constantemente, filtrar fácilmente gracias al accesorio, y luego enfriar ahí mismo si lo deseas. También puedes incorporar el agua como elemento auxiliar si tu receta lo requiere, o incluso eliminarlo para texturas más puras. El resultado puede ser más uniforme, con mejor extracción de cannabinoides y menos residuos vegetales si filtras bien. Eso sí, debes asegurarte de que la capacidad y potencia del robot permitan mantener temperaturas bajas sin que el motor trabaje de más. Además, debes limpiar bien el Thermomix después, ya que residuos de mantequilla pueden quedar.
Mantequilla de marihuana al baño maría
El método al baño maría es uno de los más recomendados para preparar mantequilla de marihuana porque permite un control suave del calor. Básicamente colocas un recipiente con la mantequilla infusionada sobre otro con agua caliente, de modo que el calor se distribuya de forma indirecta. Esta técnica evita puntos calientes que queman la grasa o degradan los cannabinoides. Con razón: los cannabinoides como THC son sensibles al calor excesivo, se descomponen, se volatilizan. Usando baño maría se logra que la mantequilla se mantenga a una temperatura segura durante todo el proceso (por ejemplo entre 80‑90 °C), lo que mejora la potencia y conserva mejores sabores. Durante este proceso debes remover de vez en cuando, y mantenerlo durante 1‑2 horas dependiendo de la cantidad. Luego filtra y deja reposar para separar el agua si lo usaste, o simplemente enfriar si no. Este método suele dar una mantequilla con un perfil aromático más limpio y sabores menos amargos que otros métodos más rápidos.
Mantequilla con cogollos
Usar cogollos de cannabis para hacer mantequilla es ideal si buscas máxima potencia y sabor. Los cogollos tienen mayor concentración de resina, terpenos y cannabinoides que los restos o hojas. Para preparar mantequilla con cogollos, primero tritúralos bien, descarboxílalos bien, y luego úsalo en la infusión con mantequilla. Puedes usar cantidades variables dependiendo de la potencia deseada: por ejemplo 5‑15 gramos de cogollos por cada 200‑300 gramos de mantequilla, aunque esto dependerá de lo que quieras lograr. Cuanto mejor sea la calidad del cogollo (terpenos, frescura), mejor será el sabor y efecto de la mantequilla. También puedes mezclar cogollos con restos para ajustar potencia y aprovechar toda la materia vegetal. Al final filtra bien, enfría, conserva en el frigorífico o congelador.
Mantequilla de CBD
La mantequilla de CBD es una alternativa interesante si no buscas efectos psicoactivos fuertes, sino más bien beneficios relajantes, antiinflamatorios, ansiolíticos u otros efectos terapéuticos del cannabidiol. Para hacerla, usas flores o extractos ricos en CBD, en lugar de variedades con THC alto. El proceso es similar al de la mantequilla “normal” de marihuana: descarboxilación, infusión en mantequilla grasa, filtrado y reposo. Al no tener (o tener muy poco) THC, esta mantequilla no te colocará, o lo hará en proporciones casi imperceptibles. Es ideal para quienes buscan alivio de dolor, uso tópico posible, calmar inflamaciones sin alterar el estado mental, etc. También es más fácil dosificar porque el CBD tiene una ventana terapéutica más amplia y con menos efectos secundarios que el THC.