La Junta Directiva del Observatorio Europeo del Cultivo y Consumo de Cannabis (OECCC) ha presentado a los partidos políticos el documento “CBD: motivos para la regulación inmediata”. Solicita la regulación de este cannabinoide, presente en el cáñamo industrial, que no genera adicción y no es psicoactivo, pero tiene aplicaciones medicinales y para el bienestar de las personas.
La Organización Mundial de la Salud ha recomendado, el 14 de diciembre del 2017, que el CBD no se clasifique como sustancia sujeta a fiscalización internacional. Este cannabinoide no genera adicción y cada vez despierta más interés, tanto por los usos medicinales, como en los enfocados al bienestar en personas sanas.
España es una de las referencias mundiales en CBD de calidad, tanto por las variedades españolas que se plantan en todo el mundo, como por la gran calidad del cáñamo que aquí se cultiva, desde hace muchas generaciones. Tradición cañamera que incluso se refleja en los nombres de pueblos, escudos heráldicos y banderas.
En lugar de efectuar esta regulación, se han realizado intervenciones de productos con CBD, con distintos criterios. Ante la confusión generada por estas actuaciones, el Observatorio Europeo de Cultivo y Consumo de Cannabis, OECCC, difunde el informe “CBD: Motivos para regular”.
Aunque el CBD no está reconocido como alimento, el cáñamo si goza de esta consideración. La Oficina de Naciones Unidas Para la Droga y el Delito, UNODC, establece los criterios para diferenciar entre un cannabis psicoactivo y el cáñamo industrial.
Las competencias autonómicas en agricultura pueden abrir la puerta a legislaciones autonómicas que desarrollen las directivas para el cultivo de cáñamo industrial de una manera más precisa, así como el comercio de sus productos: incluyendo las inflorescencias, cuyo comercio para uso industrial y su cultivo como actividad de jardinería y cultivo en viveros debe ser permitido, dado que deberían considerarse actividades agrícolas como sucede en Italia. También puede ir por la vía de la aclaración de la normativa como complemento alimenticio.
Genéticas CBD
Además de su tradición milenaria, los crianza española ha estado a la cabeza en el desarrollo de variedades altas en CBD. Distintos artículos de la prensa especializada, nos permiten saber que las variedades CBD que se cultivan y venden en paises como Uruguay, Suiza, Canadá, Estados Unidos o Chile salieron de España, donde fueron creadas por bancos de semillas del mercado coleccionista. Estos criadores son recibidos como expertos por Gobiernos de todo el mundo, mientras que en su país la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, les deniega el registro de sus variedades, dificultando el registro y los certificados fitosanitarios de estas variedades. Mientras tanto para farmaindustria todo son facilidades.
CBD y farmaindustria
Aunque farmaindustria siempre ha negado la utilidad médica del cannabis, desde la diciembre del 2017 que sale el informe de la Organización Mundial de la Salud, se han movido rápido, para tratar de monopolizar este nuevo mercado que se abría. El plan es conseguir desplazar a las empresas que tradicionalmente han cultivado cáñamo en España, o mejor aun subcontratarles como labradores, pero quedarse la parte gruesa del beneficio, al conseguir que el CBD solo pueda venderlo farmaindustria. Al parecer, una conocida farmaceútica española está a punto de sacar un medicamento basado en el CBD, por lo que estas intervenciones, a los productores tradicionales, suponen una limpia del mercado que ambicionan.
Mercado mundial del CBD
Ejemplo de como actua farmaindustria, es el fármaco Epidiolex, extracto de cáñamo con CBD como principio activo. Este 2018 ha conseguido la licencia de la FDA americana, según declaraciones de su CEO, el tratamiento anual se comercializará en 32.500 dólares por paciente. El mercado estimado es de unos 12000 millones de dolares. El precio de este tratamiento, se estableció en relación a los costes de otros tratamientos que ya estaban en el mercado, es la lógica de maximizar beneficios de las empresas, a costa de las personas. En cambio el precio de un tratamiento con extractos de cáñamo, oscila entre 1500 € y 3000 € anuales y podría reducirse más aún
Es todo un esfuerzo vano, a través del reconocimiento mutuo de los productos de comercio en la Unión Europea, se permite el comercio de derivados del cáñamo o del propio cáñamo en su forma vegetal, y los mismos se puedan comprar y vender en el Estado español. La gente no pagará 32500 $ por un producto que puede conseguir a menos del 10% de este precio y lo comprarán por internet.
Poner trabas a las empresas españolas, solo es regalar este mercado a otras empresas europeas, en un momento que se abre este interesante mercado, que será clave en la vertebración de zonas rurales despobladas, donde el cáñamo dará excelentes resultados. La estimación de 1.200 millones de dólares es solo para el Epidiolex, pero existen informes que valoran que el mercado mundial del CBD pasará los 20.000 millones de dólares en 2020. España no puede permitirse dar la espalda a esta oportunidad.
Momento de la política
Es evidente que tanto la venta de estos productos como alimentos derivados del cáñamo, o el reconocimiento a nivel comunitario del CBD como alimento, dada su inocuidad, son posibilidades reales en el ordenamiento jurídico actual. La sociedad civil ha empujado hasta el momento, colocando a España en una posición envidiable para ser referente en el mercado mundial del CDB. Ahora es el turno de la política. Por eso pedimos a todos los partidos del arco parlamentario que actúen con rapidez para defender a los pacientes, así como a los productores españoles de cáñamo y empresas afines.