Cannabis y rendimiento deportivo: mitos, realidades y lo que dice la ciencia

Cannabis y rendimiento deportivo

¿El cannabis mejora el rendimiento deportivo? Aunque el consumo de cannabis está ganando popularidad en algunos entornos deportivos, la evidencia científica actual indica que no mejora el rendimiento deportivo. De hecho, diversos estudios han demostrado que, en la mayoría de los casos, el cannabis —especialmente el THC— puede perjudicar la resistencia, la coordinación y la función cardiovascular, factores clave en el rendimiento atlético. Algunos deportistas aseguran que les ayuda a relajarse o a gestionar el dolor post-entrenamiento, pero estos beneficios son subjetivos y no están científicamente probados. En el caso del CBD, un compuesto no psicoactivo del cannabis, sí se están estudiando efectos positivos sobre el sueño, la recuperación muscular y la inflamación, aunque aún se necesita más investigación. Además, el THC sigue estando prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje durante las competiciones, lo que representa un riesgo legal para los atletas profesionales. En resumen, si bien el cannabis puede ofrecer alivio sintomático en algunos casos, no es una herramienta eficaz ni recomendada para potenciar el rendimiento físico en el deporte de élite.

¿El cannabis mejora o perjudica el rendimiento deportivo?

El uso de cannabis en el ámbito deportivo ha crecido en visibilidad y controversia. Muchos atletas han hablado abiertamente de sus experiencias con esta planta, algunos defendiendo sus efectos relajantes y analgésicos, mientras otros señalan sus riesgos. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia sobre el cannabis y el rendimiento deportivo? En este artículo de Weedestiny, analizamos las evidencias, los mitos populares y los efectos fisiológicos reales del cannabis en atletas de alto rendimiento.


¿Qué componentes del cannabis están involucrados?

El cannabis contiene más de 500 compuestos químicos. Los dos más estudiados en el deporte son:

  • THC (Tetrahidrocannabinol): Compuesto psicoactivo que puede inducir euforia, alteraciones de la percepción, cambios en la coordinación y afectación del tiempo de reacción.

  • CBD (Cannabidiol): No produce colocón, pero tiene efectos antiinflamatorios, analgésicos y ansiolíticos, según estudios preclínicos.

Ambos interactúan con el sistema endocannabinoide, un conjunto de receptores presentes en nuestro cuerpo que regula funciones como el apetito, el sueño y el dolor.


¿Por qué algunos atletas consumen cannabis?

A pesar de que el THC sigue siendo una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el 23% de los atletas han reportado consumir cannabis en algún momento. Entre las razones están:

  • Manejo del dolor muscular o articular

  • Mejora del sueño

  • Reducción de la ansiedad precompetitiva

  • Relajación post-entreno

Sin embargo, estos beneficios son principalmente anecdóticos y no están sustentados por investigaciones clínicas sólidas.


Impacto del THC en el rendimiento físico

La evidencia actual indica que el THC no mejora el rendimiento deportivo. De hecho, puede generar efectos contraproducentes como:

  • Disminución de la resistencia cardiovascular

  • Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria

  • Mayor riesgo de descoordinación y errores motores

  • Fatiga precoz y alteración de la percepción del esfuerzo

Además, el consumo crónico de cannabis se ha asociado con problemas de motivación, memoria y concentración, todos aspectos clave en el deporte de élite.


¿Y qué pasa con el CBD?

El CBD ha sido retirado de la lista de sustancias prohibidas por la AMA desde 2018. En modelos animales, ha mostrado:

  • Potencial antiinflamatorio

  • Reducción del dolor muscular

  • Protección neuronal

Sin embargo, no hay evidencia suficiente en humanos que respalde estos efectos en deportistas. Por tanto, el CBD sigue siendo una opción experimental con resultados prometedores, pero no concluyentes.


Consideraciones legales y éticas

En la mayoría de los países, el THC sigue siendo considerado dopaje si su concentración en orina supera los 150 ng/ml. Esto ha generado suspensiones notorias como la de la velocista Sha’Carri Richardson.

Por otro lado, la calidad de los productos de cannabis en el mercado es altamente variable. Un estudio de 2017 mostró que el 69% de los productos analizados tenían concentraciones incorrectas de CBD, y un 21% contenían THC no declarado, lo que representa un riesgo para los deportistas profesionales.


Riesgos adicionales del consumo en atletas

Además del rendimiento físico, el uso de cannabis puede conllevar:

  • Alteraciones respiratorias comparables (o peores) al tabaco

  • Riesgo de síndrome de abstinencia en usuarios frecuentes

  • Posibilidad de intoxicación si el producto está mal etiquetado

  • Problemas de concentración y coordinación en deportes técnicos

El consumo también puede aumentar el riesgo de sanciones disciplinarias y dañar la imagen pública del atleta, incluso si la sustancia es legal en su país o estado.

¿Cómo afecta fumar al rendimiento deportivo?

Fumar, ya sea tabaco o cannabis, tiene consecuencias importantes para el rendimiento deportivo. En el caso del cannabis, el consumo inhalado puede afectar tanto a corto como a largo plazo el funcionamiento del sistema respiratorio, la coordinación motora y la percepción del esfuerzo. Aunque algunos deportistas reportan una sensación de relajación tras fumar marihuana, la evidencia científica señala que los efectos del THC —el principal componente psicoactivo— tienden a disminuir la capacidad de mantener el esfuerzo, aumentar la fatiga e interferir con la precisión en deportes que requieren concentración o tiempo de reacción.

Desde el punto de vista cardiovascular, fumar cannabis provoca un aumento agudo de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Este tipo de respuesta puede comprometer la eficiencia del corazón durante la actividad física. Además, la inhalación repetida de humo —sin importar si proviene del tabaco o del cannabis— introduce alquitrán, monóxido de carbono y otras toxinas al sistema pulmonar, lo que reduce la capacidad aeróbica y dificulta la oxigenación muscular.

En resumen, fumar afecta negativamente al rendimiento deportivo tanto desde una perspectiva fisiológica como psicológica. Aunque en algunos contextos se pueda hablar de “beneficios” subjetivos como menor ansiedad o mejora del sueño, estos efectos no compensan las alteraciones físicas y cognitivas que limitan el rendimiento óptimo. Por eso, dentro del debate sobre cannabis y rendimiento deportivo, es clave diferenciar entre distintas formas de consumo y, sobre todo, considerar los riesgos reales del consumo fumado.


¿Qué efectos tiene el cannabis en la recuperación muscular?

Uno de los principales argumentos a favor del uso de cannabis entre deportistas es su supuesto efecto beneficioso sobre la recuperación muscular. Muchos consumidores afirman que, tras una sesión intensa de entrenamiento, el cannabis les ayuda a relajarse, disminuir el dolor y conciliar el sueño. Estos efectos, sin embargo, están más asociados a la experiencia subjetiva que a una base científica sólida.

El CBD, uno de los cannabinoides no psicoactivos del cannabis, ha sido estudiado por su posible capacidad antiinflamatoria y analgésica. Algunos estudios preclínicos sugieren que podría contribuir a reducir la inflamación y el daño muscular tras el ejercicio, lo que teóricamente beneficiaría la recuperación. No obstante, la mayoría de estos estudios se han hecho en animales o en condiciones de laboratorio, y aún falta evidencia concluyente en humanos y, especialmente, en atletas.

Por otro lado, el THC, aunque también podría tener cierto efecto analgésico, presenta mayores riesgos: puede alterar el ritmo de sueño, afectar la coordinación y generar dependencia. A largo plazo, su uso habitual puede interferir con los procesos normales de recuperación si no se gestiona con cuidado.

En el contexto del cannabis y rendimiento deportivo, la recuperación muscular es una de las áreas donde hay más mitos que datos. Si bien el cannabis puede proporcionar una sensación subjetiva de alivio, todavía no existen pruebas suficientes para recomendarlo como herramienta eficaz de recuperación muscular. Hasta que no se realicen más estudios clínicos en poblaciones deportivas, el uso de cannabis en este ámbito debe considerarse con precaución.


¿El CBD ayuda realmente a mejorar el descanso en deportistas?

El descanso es uno de los pilares fundamentales del rendimiento deportivo. Sin un sueño de calidad, el cuerpo no logra recuperarse adecuadamente, lo que impacta negativamente en la fuerza, la resistencia y la salud mental del deportista. En este sentido, el CBD ha ganado popularidad como una posible ayuda natural para mejorar la calidad del sueño, reducir el insomnio y aliviar la ansiedad nocturna.

Varios estudios preliminares han mostrado que el cannabidiol puede influir positivamente en el ciclo del sueño, al interactuar con receptores del sistema endocannabinoide que regulan funciones como el estado de ánimo y la relajación. En modelos animales y humanos con ansiedad o trastornos del sueño, el CBD ha demostrado reducir el tiempo para conciliar el sueño y aumentar la duración de las fases más profundas del descanso.

Sin embargo, dentro del campo del cannabis y rendimiento deportivo, aún no hay estudios concluyentes que avalen el uso sistemático de CBD para mejorar el sueño en atletas de élite. Además, la calidad de los productos de CBD disponibles en el mercado es muy variable: muchas marcas no reguladas pueden contener THC, pesticidas o concentraciones incorrectas, lo que pone en riesgo la salud y la elegibilidad de los deportistas.

En resumen, el CBD tiene potencial como complemento para el descanso, pero debe usarse con precaución y siempre bajo asesoramiento médico. Su uso en deportistas sigue siendo experimental, y aunque promete beneficios, aún falta evidencia científica de alta calidad que confirme su eficacia específica en la mejora del sueño en contextos de alto rendimiento.


¿Está permitido el consumo de cannabis en las competiciones deportivas?

El consumo de cannabis en el deporte profesional está regulado por organismos como la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que mantiene estrictos controles sobre las sustancias que pueden o no utilizarse en competición. Según el código de la AMA, el THC sigue siendo una sustancia prohibida durante la competición, mientras que el CBD fue excluido de la lista de sustancias prohibidas en 2018.

Esto significa que un deportista puede dar positivo en un test antidopaje si consume THC y su concentración en orina supera los 150 ng/ml, incluso si el consumo fue días antes de la competición. Este fue el caso de la atleta Sha’Carri Richardson, suspendida antes de los Juegos Olímpicos por haber consumido marihuana fuera de competencia. La tolerancia legal al THC varía según el país, pero para el deporte de élite, las normativas son claras y estrictas.

En cambio, el uso de CBD está permitido siempre y cuando los productos no contengan trazas de THC. El problema es que muchos suplementos de CBD en el mercado están mal etiquetados y pueden contener THC no declarado, lo que puede poner en riesgo a los deportistas que buscan cumplir con las normas antidopaje.

Por tanto, dentro del debate sobre cannabis y rendimiento deportivo, es fundamental que los atletas conozcan la normativa vigente y entiendan que el uso de cannabis —especialmente fumado o en productos no certificados— puede poner en peligro su carrera. Siempre se recomienda consultar con médicos deportivos y utilizar productos de calidad garantizada si se opta por incluir cannabinoides en su rutina.


CBD y deporte

El CBD (cannabidiol), uno de los principales compuestos no psicoactivos del cannabis, ha generado un creciente interés dentro del ámbito deportivo. A diferencia del THC, el CBD no produce efectos psicotrópicos, lo que lo convierte en una opción atractiva para deportistas que buscan beneficios terapéuticos sin comprometer su rendimiento cognitivo ni infringir las normativas antidopaje. Desde 2018, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) excluyó el CBD de su lista de sustancias prohibidas, permitiendo su uso durante y fuera de la competición. Esta decisión ha incentivado a muchos atletas a incorporar productos con CBD en sus rutinas de entrenamiento y recuperación.

Los beneficios más citados del CBD en el deporte incluyen la reducción del dolor muscular, la mejora del sueño, la disminución de la inflamación y un mejor manejo del estrés y la ansiedad, todos factores clave para optimizar el rendimiento deportivo. Además, su potencial neuroprotector y su influencia positiva en la homeostasis del sistema endocannabinoide están siendo estudiados como herramientas para acelerar la recuperación post-lesión o prevenir el sobreentrenamiento.

Sin embargo, a pesar de los efectos prometedores, todavía existe una brecha considerable entre la evidencia anecdótica y la investigación científica de alta calidad. Muchos de los estudios disponibles se han realizado en modelos animales o en poblaciones no deportivas. Por ello, aún es necesario desarrollar ensayos clínicos específicos que confirmen los efectos del CBD en atletas de alto rendimiento.

En el contexto de cannabis y rendimiento deportivo, el CBD representa una alternativa potencialmente válida para el cuidado integral del deportista. Eso sí, es fundamental asegurarse de la calidad del producto, su pureza y la ausencia total de THC para evitar sanciones o efectos no deseados.


Cannabis y deporte

La relación entre cannabis y deporte es un tema que ha generado debates intensos, especialmente a raíz del creciente uso de esta sustancia por parte de deportistas amateurs y profesionales. Aunque históricamente el cannabis ha sido considerado una droga recreativa, su uso en el ámbito deportivo se ha disparado debido a sus posibles propiedades analgésicas, antiinflamatorias y relajantes. Algunos atletas lo consumen para reducir el dolor tras entrenamientos intensos, mejorar el sueño o aliviar la ansiedad previa a las competiciones.

Sin embargo, desde una perspectiva científica, la evidencia que respalda estos usos sigue siendo limitada. Mientras que el CBD, uno de los principales compuestos del cannabis, está permitido en el deporte y ha mostrado cierto potencial terapéutico, el THC continúa siendo una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje cuando se supera cierto umbral en controles de orina durante la competición.

El consumo de cannabis, especialmente en su forma fumada, puede tener efectos adversos significativos para el deportista. Entre ellos se incluyen la disminución de la coordinación motora, alteraciones en el tiempo de reacción, afectaciones cardiovasculares como el aumento de la frecuencia cardíaca, y una reducción de la capacidad pulmonar. Todo esto puede perjudicar directamente el rendimiento deportivo, especialmente en deportes que exigen alta precisión, resistencia o reflejos rápidos.

En definitiva, la relación entre cannabis y deporte sigue siendo ambigua. Aunque hay atletas que aseguran experimentar beneficios subjetivos, los riesgos físicos y normativos son reales. En un contexto donde la optimización del rendimiento es esencial, cualquier sustancia que pueda alterar las funciones cognitivas o físicas debería ser evaluada con rigurosidad. Por tanto, dentro del debate sobre cannabis y rendimiento deportivo, es crucial separar el marketing del rigor científico.

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